Solemos tener la costumbre de dejar a los bebés en hamacas, taca tacas, sillitas…y no el suelo, colocándoles en la postura que nos parece la adecuada, el tiempo adecuado y ofreciéndole el juguete que creemos que quiere en ese momento.
Sin embargo, los niños no son seres pasivos, son activos por naturaleza. Van a aprender a tocar, a voltear, a desplazarse, a cambiar de postura, a reptar, a gatear, a ponerse de pie, si les dejamos explorar lo que tienen a su alrededor; hay que ofrecer al bebé oportunidades de movimiento y no impedírselas colocándoles en sillitas que les obligan a estar en una sola postura determinada.
En un espacio adecuado, estando junto al bebé, ofreciéndole seguridad y confianza, el bebé en un principio en posición boca arriba, comenzará a mover brazos y piernas, para posteriormente voltearse, primero se gira hacia un lado, vuelve a la postura inicial, lo intenta de nuevo, hasta que consigue girarse por completo, y de esta manera cambia su forma de ver las cosas, la perspectiva ya no es la misma, incluso las manos quedan liberadas y existe la posibilidad de llegar a cosas que se encuentren más alejadas. Primero rodando se desplazará por el espacio, luego lo hará reptando, y estos movimientos preparan su musculatura para el gateo, para sentarse, y para más adelante ponerse de pie.
La cantidad de músculos que se mueven estando en libertad no es la misma que la de un bebé que pasa la mayor parte del tiempo atado en una sillita.
El bebé es un ser activo que construye peldaño a peldaño su propia historia, que unos aprendizajes se apoyan en otros y que no tiene ningún sentido pretender saltarlos o forzarlos. El niño necesita su tiempo, probar y experimentar, volver hacia lo que ya tiene adquirido, estar seguro de sus movimientos.
Respetando su tiempo y sus necesidades, y dándoles oportunidades y acompañándoles en este proceso. Porque el objetivo no es que el niño de sus primeros pasos, ni cuando, lo importante, es el proceso que ha seguido para llegar hasta ahí.
Fuente: creciendoenfamilia
Fuente: Laura Estremera Bayod. Maestra de audición y lenguaje, Técnico superior en educación infantil